Realiza el siguiente test y evalúa si te aparece algo parecido. El arco plantar debe ascender haciéndose más pronunciado. Este mecanismo se trata de una ventaja biomecánica que nos permite ser más eficientes durante los desplazamientos.
De manera simplificada se podría resumir así. Surge cuando caminamos, justo en el momento antes de apoyar el pie en el suelo, levantamos el dedo gordo hacia arriba, provocando un acortamiento del arco plantar y con ello de la fascia plantar que “se relaja”.
Al apoyar el pie se estira la fascia plantar y el arco de “hunde” provocando que se tensen, como una goma, la fascia plantar y los músculos propios del pie, almacenando energía que emplearemos para caminar o correr.
Un correcto mecanismo de windlass se dará si se cumplen los siguientes requisitos:
- Un dedo gordo móvil.
- Un flexor largo del dedo gordo, ni muy acortado ni muy laxo.
¿Qué problemas conlleva si no funciona bien?
El fallo en este sistema va a traer consigo un aumento del trabajo en los gemelos y sóleo.
De vital importancia resulta el tibial posterior, al que se le atribuye muchas veces como única responsabilidad la del control de pronación del pie.
Lamentablemente, muchas veces se olvida su principal misión, controlar este mecanismo y asegurar que el astrágalo (hueso puente entre pantorrilla y pie), que dicho sea de paso está libre de inserciones musculares, transmita de manera adecuada las fuerzas que por él pasan de forma ascendente y descendente.
Nosotros no podemos estar en equilibrio puro, estamos moviéndonos en su búsqueda. Oscilamos porque no estamos sujetos al mundo, colgamos del mundo, y no salimos volando gracias a la fuerza de la gravedad. El astrágalo es pieza fundamental aquí.
La definición de equilibrio es la siguiente: estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan.
Para estar en total equilibrio como un objeto inerte sería necesario alinear diferentes segmentos corporales como el oído, tercera cervical, acromion, tercera lumbar, la cadera, borde lateral de la tibia y maléolo el peroné. Esto no es posible, siempre habrá uno que quedará desalineado. Por eso nos movemos, en busca de esa alineación, es decir, del equilibrio.
Y estas oscilaciones deben suceder sobre la articulación del tobillo, nuevamente demuestra ser algo fundamental.